dimecres, 26 de gener del 2011

Només il·luminant el camí ens podem diferenciar d'ell

No és que no ho vulguis, però t'embriaga aquella sensació extranya de què el teu cos no respòn a allò que dicta la teva ment, no respòn als impulsos que el teu cervell li envia amb tanta insistència.
Què és el que no et deixa, des de fa ja una bona temporada, avançar i ser capaç de sentir-te realitzat amb el que fas? Has intentat trobar-hi milers de solucions però cap no et convenç; això sí, totes elles són externes a tu, externes a la teva pròpia persona.

Des de fa temps que vesses llàgrimes sense saber per què, com si es poguéssin escapar del llagrimal quan els ve de gust. Fa temps, també, que et sents immòbil com el tronc d'un arbre mil·lenari i sembles el far d'un port: constant i previsible fins que un dia deixis de funcionar. I no t'agrada.

Ves, surt del món metafísic en què vius inclòs, trenca la barrera que et separa de descobrir el que realment t'afecta tant: descobriràs que no és res que d'altres persones no hagin sentit mai. És només inseguretat, fragilitat, por al què vindrà...

Però, tanca els ulls i pensa detingudament, fes aquest esforç: què és el que realment t'omple i et pot fer ser feliç? Un cop analitzat, crida-ho als quatre vents i lluita-hi:

En aquesta vida, no es tracta de seguir el corrent, es tracta de ser la gota que va en contra per aconseguir allò que realment vol: no desembocar en un oceà on, per conveniència, ho canviarà tot.

dijous, 13 de gener del 2011

El despertar

Decidió tomar la calle que quedaba a su izquierda. Puro azar, ya que no sabía dónde ir y le resultaba complicado pensar con claridad.
Hacía semanas que no podía hacerlo, el que siempre lo había llevado a cabo sin ningún tipo de problema, de golpe y sin esperarlo, no podía concentrarse y hacer las cosas con precisión. Por nada temblaba, por nada entraba en un estado nervioso del cual creía que no podría salir nunca. Pero ya estaba cansado.
Quería acabar de una santa vez con todas aquellas memeces que le pasaban por la cabeza, quería poder discernir entre el bien y el mal, quería poder recuperar aquel yo que había perdido hacía mucho tiempo sin apenas darse cuenta.
Tumbó hacía la derecha y rápidamente o hizo a la izquierda. Con su oreja morena, había tocado una enredadera y le pareció la sensación más detestable que podría haber tenido en ese día tan estival en pleno invierno. Ahora ya caminaba con la respiración entrecortada por una fuerte pendiente al final de la cual podía observar árboles y podía oler ya el mar.
Llegó a la cima de la calle extasiado. Se acercó al borde del peñasco y miró hacia abajo: ahí rompían las olas con toda su fuerza y su rumor parecía llamarlo en la abstracción de sus pensamientos. Era el momento de acabar con todo: pensó que nadie le echaría de menos, que nadie se acordaría de él, que el representaba un estorbo para aquella sociedad que a toda prisa intentaba cambiar ciertos aspectos arcaicos y cómodos y que se aglutinaba con el único propósito de competir. Sí, competir como los animales para ser los más fuertes de la manda.
De pronto, una suave y tenue brisa le hizo conectar de nuevo con la realidad. Se retiró de ese límite geológico, se arrodilló, puso una mano en el suelo y rompió a llorar: no pensaba en nada, pero sentía que era lo que necesitaba, que el agua más humana, con su capacidad de arrastre, se llevase todo lo malo que había en él.
Se abrazó a un árbol en silencio, ya sin llorar. Murmuró unas palabras de aquellas que no pueden oír ni los pájaros, murmuró su secreto.

dimarts, 4 de gener del 2011

Vamos a llegar al fin, coge el coche y vamos.

Se montó en el coche. Accionó el embrague, puso primera y se dispuso a iniciar la marcha sin destino preconcebido, solo pensava en escapar de allí. Quería dejar atrás sus temores y todo lo mal que lo había pasado en aquella última época.
Casi sin darse cuenta, esaba en plena autopista con una velocidad muy elevada, viendo pasar a través de las ventanillas pequeños esbozos de paisaje, largas líneas, verdes, marrones, grisáceas...

Pero toda aquella de sensación de paz que tenía la llevó a desviar la atención de la carretera, pasó por encima de un pequeño bloque de hielo y entonces sí que acabaron sus temores. Acabó todo. Llegó a su fin, buscado ansiosamente desde el momento que arrancó el coche.

She had a lot on her mind and she didn't pay attention she was going way too fast... Jesus take the wheel, take it from my hands, 'cause I can't do this all on my own, I'm letting go. So give me one more chance to save from this road I'm on.